A día de hoy sigo sin comprender cómo puede haber personas que arremetan contra las manifestaciones, de cualquier tipo, de forma negativa e, incluso, violenta. Hoy es el día del Orgullo Gay, y no paro de oir y leer comentarios de gente que está en contra de ello (y es cuando suena la alarma de "alerta, homofobia"). No le veo el sentido a que haya que hacer un esfuerzo para decir cosas en contra de una manifestación por los derechos y la normalización de la situación de muchas otras personas. ¿Cómo puede haber gays, lesbianas y bisexuales que miren mal este acto? Se está luchando por ellos, por su vida, por sus derechos.

En los años que he asistido he podido ver gente que no es siquiera de España, gente que ha tenido que huir de su país por condiciones políticas, religiosas o porque se mostraba gran intolerancia a su sexualidad. Han llegado a España y han encontrado refugio y tranquilidad. Que alguien me explique, por favor, por qué tengo que escuchar barbaridades de individuos homosexuales que desprestigian la manifestación y la fiesta que supone gozar de lo que se tiene conseguido en España y que, a estas otras personas les puede llegar a suponer la diferencia entre la vida y la muerte que habrían recibido en su país. ¿Es tan malo estar vivo? Porque eso es lo que parece que nos quieren hacer creer constantemente, parece que cada persona nació engendrada para sufrir y si, a parte de la manifestación, hay fiesta, eso significa que ya la manifestación es inmoral y desmerecedora de orgullo. ¿La gente que opina esto, realmente se ha parado a pensar en el sentido de lo que dice?

En mi opinión, las manifestaciones de este tipo deben considerarse, cuanto menos, pro-vida. Porque muestran la diferencia entre la libertad de elegir vivir y la imposición de cadenas en cualquier persona (no solo GSD -Gender and Sexual Diversities-) desde que se llega al mundo; cosa que, insisto, no creo que sea para lo que hemos nacido. Y me parece tan pro-vida como manifestarse para defender el derecho al alimento, al hogar o el derecho animal. Porque una vida de imposiciones, limitaciones y falta de libertad no es vida.