THIS IS MY KINGDOM COME.

30 de mayo de 2011

Fuera de control.

Todo esto hace que me sienta como si esperase el día en que mis piernas dejasen de funcionar y cayese irremediablemente sobre una silla de ruedas cuyas telas son de color negro.

Todo esto hace que me sienta como si fuese un niño de guardería y me pusiesen unos folios por delante y unos lápices de colores en la mano. Quizás lo que dibuje no tenga sentido, pero es lo primero que salió de mí. Es la forma de expresar qué siento.

Los primero porrazos a un teclado de piano. La primera vez que ves un paisaje, y la impresión que te causa...
Una operación complicada no es suficiente para borrar unos recuerdos bonitos.
Una muerte, el dolor, la angustia. Da igual, no son motivos para cambiar el "mundo propio".

Hay y habrá tantas formas de complicarse la vida. Tantas maneras diferentes de convertir lo bonito en tristeza. Pero son eso, cosas bonitas que tienen el final. No generalicemos, veamoslo todo por momentos.
Una foto a color, y otra en blanco y negro. Un viaje al extranjero, y un día tirado en la cama. La ventana y la silla vacía.

Y esa canción triste, y esos pájaros volando de nuevo.
Otro verano más, otro año más, más oportunidades para vivir. Más formas de aprender, más obstáculos sobrepasados, mejor forma de afrontar la vida.

Seguro que así la vida es más, mucho más, intensa.

28 de mayo de 2011

Evolución.

Con el paso de miles de años el ser humano ha ido evolucionando. Hay cosas que han hecho que todo sea mejor, como la creatividad, la percepción de la belleza, la capacidad de imaginar todo lo que queramos.
Pero también ha habido errores biológicos como el desarrollo de los conductos deferentes, que se engancharon en el uréter a lo largo de la evolución, haciéndoles recorrer un camino innecesario.
Esto es la evolución.

Sin embargo, han pasado muchos cientos de años desde que el ser (si es que se le puede llamar así) humano tiene memoria.
Ha ido recopilando datos y guardándolos en su retina bibliográfica a lo largo de la historia.

Lo bueno que tiene esto es que obtuvieron la inteligencia. Capaces de razonar, capaces de tener un alto índice de acierto en la toma de decisiones importantes, pensando y adaptando sus conocimientos históricos al momento oportuno. La experiencia nos hace ser capaces de razonar más rápidamente, pero no por ello es siempre la mejor opción. Esto condujo a la mejor capacidad de supervivencia de la especie.

Aunque también hay cosas malas, como en todo. El ser humano, al tener imaginación, puede idear todo tipo de acciones que, con el tiempo, dejaron de ser intrínsecos al instinto de supervivencia. "Podemos hacer lo que queramos" Y dejó de pensar en la lucha por un terreno para sobrevivir y empezó a pensar en la lucha por un terreno por el echo de acumular sus bienes. Dejó de plantearse la mejor opción para la manada para empezar a conseguir los beneficios que le llevarían a ser el jefe, a tener el control de todo.
Una vez que consiguió terrenos y control lo demás vino solo. "¿Para qué esforzarme yo cuando lo pueden hacer otros?" Solo basta con infundir miedo por medio de matanzas públicas a los que luchaban en contra mía (por la libertad) y todo solucionado.
Y entonces es cuando entra en juego una de las cosas buenas del ser humano, pero que también puede convertirse en mala. La mente, para liberar el estrés que causa el no poder expresarse libremente, aprende a mentir; "Yo soy feliz, tengo un jefe que me cuida de los peligros que nos acechan, debo serle fiel hasta el final" y dejaron de cuestionarse sus vidas, para ser "felices" a su manera. Sin embargo, el jefe de la tribu no les protege, solo quiere más bienes (dinero) y más ovejas tontas que se esfuercen por él. También habrá jefes que, confundidos por sus actos, acabasen pensando: "Yo soy feliz, tengo una sociedad a la que proteger, es mi deber obligarles a hacer cosas para que no corran peligro". En verdad, es más de lo mismo; el cerebro, no conforme con lo que ve, se engaña para buscarle una buena razón a todo lo que pasa.
Pero, obviamente, solo un pequeño porcentaje de jefes son de los que son engañados por sus mentes o por otros jefes. La mayoría no se cuestiona lo que hace, simplemente lo hace.
Entristece ver como, a partir de la evolución, conseguimos la inteligencia y la capacidad de razonamiento para que ahora no la utilicemos.

Esto no es un error, no es un fallo en la decisión. De ser así, rectificarían su error. Pero no lo hacen. No utilizan su capacidad de razonamiento para arreglar lo que va como no debería.

Menos mal que aún queda gente inteligente, gente que no ha sido engañada por su mente ni por otros engañados. Gente que lucha por ser libre y feliz. Personas que luchan por sobrevivir.

En términos de evolución, los fallos (mutaciones) son los que hacen que mejoren las especies. Sin embargo, en algo que no tenga que ver con lo más puramente científico esto pierde su lógica.
Ahora entiendo por qué siempre hubo esa diferencia abismal entre la ciencia y todo lo demás.
Lo malo solo es bueno en la evolución real, por lo que esto no es evolución. Nuestras vidas no evolucionan, llevan años sin hacerlo. "Conseguir y destruir terrenos, y obtener bienes infinitos" no es algo factible, puesto que no lo son y, obviamente, hace mucho que dejó de ser por supervivencia.

Teniendo en cuenta la parte buena, hemos aprendido que cuando lo malo vence a lo bueno es, sin lugar a dudas, la hora de cambiar.
No más batallas de la supervivencia frente al poder. No más miles de años de evolución tirados a la basura.

21 de mayo de 2011

Barranco.

"No es un  barranco, pero preferimos llamarlo así".

Y las luces se apagaron, y esos ojos brillaron como nunca lo habían hecho.
El verde penetró en mi mente, la obsesionó con un miedo imposible. Rodeó mis sentidos con algo que nunca llegaré a entender.

Servilletas o una manga de camisa.

Fuck off.

17 de mayo de 2011

Estatua de la libertad.

Esa sensación indescriptible entre nostalgia, felicidad y tristeza.... Esa sensación de cuando miras con lupa los recuerdos de otro, los pocos recuerdos a los que puedes darle forma.

Océano y paisajes maravillosos. Estatuas de piedra, o enormes monumentos de metal.

Así es la vida, tan larga como queramos, tan intensa como deseemos, tan bonita y feliz como nos dé la gana de verla.

15 de mayo de 2011

Nubes de papel.

Desde que era pequeño he ido viendo como, una por una, la mayoría de las especies han ido muriendo o siendo cruelmente asesinadas.
Llegó a tal punto que, cuando le preguntaba a mi padre el nombre de algún animal me miraba con cara de decepción y seguía trabajando en su huerta de lechugas.
También me he tirado años viendo como la huerta iba siendo menos fértil. Trabajábamos duro, pero sin agua, abono o medios poco podíamos hacer.
El bosque... ¿qué fue del bosque? Vivíamos en él, y ahora recorremos varios kilómetros para conseguir ver un árbol. Yo de pequeño pasaba el tiempo despreocupado corriendo entre los inmensos troncos de los árboles, escondiéndome en las cuevas. Ahora no hay nada, se llevaron hasta las montañas.

Recuerdo un animal que me llamó la atención. Vestía de rayas y era asustadizo, pero una vez conseguí coger a uno por la cola. Mi padre me echó una buena bronca cuando me vio llegar a casa con la mano llena de sangre, tuve suerte de que no me transmitiese ninguna enfermedad.
Se tiró días y días diciéndome lo que mamá hubiera hecho si estuviera allí. Cuando era pequeño no le entendía, yo nunca había conocido a mamá y nunca me habían hablado de ella lo más mínimo.
Creo que, por la actitud que tiene conmigo, mi padre se siente solo. La echa de menos, y yo soy de lo poco que le queda de ella. Aparte de ser la única persona con la que tiene relación todos los días, soy su único hijo. Me quiere, y estaría perdido sin mí.
Una vez me dijo que mis ojos verdes le recordaban a los de mi madre, y que creía verla de nuevo por las  noches cuando me veía sonreír.

No sé qué voy a hacer cuando muera. Seguramente huya de esta pequeña cabaña, o quizás no. Lo que tengo claro es que cada verano hace más calor, que las pocas lechugas que quedan no durarán mucho, y que el agua huye de estas tierras, junto con el bosque.

Y llegó el día, el tan poco esperado día.
Me desperté y me giré en la cama, papá aún dormía, o eso creí en un primer momento. Él estaba tendido boca arriba. Tras un rato mirándole me di cuenta de que no se movían las mantas. Extrañado me acerqué y, efectivamente, no respiraba. Le moví varias veces y con fuerza, intentando que se despertase, pero no respondía. Lo intenté y lo intenté pero, al final, caí rendido sobre su pecho.

Entonces recordé. ¿Qué dijo papá que habría hecho mamá cuando la mascota murió? Enterrarla... Supongo que en este caso habría dicho lo mismo.
Arrastré el cuerpo hasta fuera de la casa, y lo enterré en el lugar donde estaba el sauce en el que se sentaba para descansar... cuando aún había bosque...
Me incliné y escribí sobre el suelo lo mismo que escribió papá en la tumba de nuestra mascota. Aquí yace nuestra querida mariposa, y recordé cambiar el nombre mariposa por el de papá, ya que apenas sabía escribir preferí no cambiar ninguna letra más (más tarde comprendería que ni siquiera llegué a saber cómo se llamaba mi padre, en esos tiempos no sabía el nombre de nada, porque todo estaba muerto o había desaparecido).

Lloré hasta que el sol estaba en el punto más alto del cielo, hasta que mis tripas entraron en escena con un magnífico redoble de tambores.
Mi última razón de vivir; la última lechuga.

Bordeé la casa y llegué al huerto. Me sorprendí al ver la lechuga moviéndose. Corrí a ver qué pasaba y vi detrás de la hortaliza una pequeña cola que me sonaba de algo.
De pronto, una pequeña cabeza asomó portando su característico antifaz. Aprovechó mi admiración para acabar de arrancar la lechuga y echar a correr.

Reconocí al pequeño animal al momento y, cuando me quise dar cuenta, estaba corriendo en la misma dirección en la que estaba lo poco que quedaba de bosque.
Sin pensármelo dos veces y sin tener nada a por lo que volver, puesto que lo había perdido todo, perseguí al animal por la inmensa explanada hasta el bosque.

Y aún así hoy, tras haber dado mil vueltas el mundo, sigo buscando a aquel ser que me mordió la mano y, años después, me robó la comida.


¿Que por qué mapaches?

14 de mayo de 2011

It was only a kiss

Y ante mí se imponía la enorme estación. Los asientos estaban escondidos en la penumbra y, a lo lejos, se podía escuchar el chirriar óxido de alguna puerta.
En lugares así es fácil perder la noción del tiempo, y estar desorientado en extensas salas vacías durante horas.

El asombroso reloj guiaba las horas a su antojo, girando las manecillas como veía adecuado al momento, retrocediendo o avanzando.
Salas de sobra, puertas en falta. Recuerdo la salida como algo que nunca estuvo ahí. Aparece y desaparece, y otra vez a empezar.

A veces, yo mismo me sorprendo buscando una sombra de pasos ligeros de la que huir. Al menos, eso me quitaría gran parte de la soledad.

7 de mayo de 2011

Recuerdo.

Ella:

Se le reconoce por su sonrisa y mirada triste, ¿por qué es así?
Creo que, en el fondo, hay mucho más de lo que podemos ver o llegar a conocer de él...
Siempre vuelve solo a casa, en bicicleta, pese a que hay un pequeño autobús que llega a la ciudad.
¿Qué pasará por su cabeza? Siempre le veo solo. Cuando está en clase se limita a mirar por la ventana, aunque es un estudiante excelente y siempre saca muy buenas notas.

No entiendo por qué demonios no le he hablado todavía. Supongo que sabe que me gusta porque siempre que nos cruzamos agacho la mirada. O como aquella otra vez en la salida, que fui corriendo y casi me atropella con su bicicleta, no fui capaz de decir una palabra... Se me puso la cara roja y eché a correr sin más.

A veces me preocupa. Ha llegado a tirarse una o dos semanas sin venir a clase, y nadie sabía nada sobre si le había pasado algo a él o a su familia. En verdad, tampoco sabemos si tiene familia.
Lo único que sé de él es que siempre está con la mirada perdida y, de vez en cuando, le veo escribiendo algo en el teléfono. ¿Estará saliendo ya con alguien?

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Han pasado ya dos años desde que me empecé a interesar por él, ¡y ahora somos amigos! Bueno, no sé si podría llamarse así, pero por lo menos hablamos todos los días.
Sin embargo, me sigue preocupando. Sigue con la misma cara que hace dos años. Tan seria, tan triste, tan nostálgica.
¡No lo entiendo! Quizás sea su forma de hacerme ver que no le gusto, o de que le es indiferente que yo hable con él.
¿Por qué no le entiendo? Hoy iré a verle solo para decirle lo que siento, y esta vez conseguiré decírselo de una vez por todas.

Estamos sentados en una de las inmensas colinas que rodean la ciudad. Un avión vuela a kilómetros por encima de nosotros. Levanto lentamente los brazos, intentando en vano alcanzarlo. Miré a mi lado y vi cómo él apartaba su triste mirada del cielo.
Y, de pronto, creo haberme dado cuenta de lo que siente.
Él no se ha conformado con extender sus brazos al cielo, siempre tuvo la mente volando por el espacio. Lejos de aquí, inalcanzable… Su sueño, su meta. El mismo pensamiento con el que se despierta y se acuesta. Él nunca me ha mirado a mí, yo nunca podría darle lo que él necesita, siempre centró su mente en un sueño inalcanzable…

No pude evitar llorar. Ya no podía confesarle nada de lo que sentía por él.
Volví a casa y me tumbé en la cama con la certeza de que mañana, pasado, y todos los días que siguen le querré. Da igual cuanto tiempo pase, él será para mí ese avión que nunca alcanzaré con mis manos.


Él:

El tren, otra vez el tren... A veces creo que esto me está matando lentamente.
Ver las gotas de lluvia golpear contra el cristal, ver el vaho congelarse por el frío, el Sol deslumbrarme cuando el tren sale de un túnel.

¿Cuánto tiempo ha pasado? Ahora duermo más en estos incómodos asientos que en mi propia cama.
Viajo toda la noche... siempre es de noche. Muchas veces soy el único que va en este vagón.
Las vías, el traqueteo del tren, las puertas abrirse y cerrarse en cada una de las paradas. Todo me da dolor de cabeza, la angustia me inunda el alma. Creo que cualquier día de estos me levantaré, gritaré el típico “¡ya basta!” y me bajaré en cualquier parada.

Una vez más, el altavoz del tren anuncia la parada que espero. Me bajo y vuelvo a sentarme en el mismo banco de siempre, esperando que aparezca en el andén de enfrente.

En momentos así recuerdo como empezó todo. La verdad es que no hago otra cosa más que pensar en lo mismo. En aquellos jóvenes que se encontraron por casualidad en una ciudad perdida y que se quedaron tan profundamente enamorados el uno del otro.
Su mirada, sus manos, su rostro… Nuestro saludo siempre fue un beso, al igual que nuestro “adiós”.
Su mano pegada al otro lado del cristal, o la mía, cuando era su tren el que llegaba primero.

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Nos conocimos de casualidad, en las taquillas de la estación. La mía junto a la suya.
Llegamos a la vez, abrimos las taquillas, nos miramos, y con los mismos gestos fuimos sacando el contenido. Por alguna razón, teníamos dentro de nuestras taquillas exactamente el mismo abrigo.
Conscientes de la extraña situación, nos reímos. Cuando paramos de reír, nos miramos fijamente y pudimos ver en nuestros ojos ese tipo de soledad que hace que el color de los ojos se vuelva grisáceo.
Una vez más volvimos a actuar exactamente igual cuando le pregunté si le apetecía tomar algo antes de que llegara el tren.

Nos pasamos horas y horas en la cafetería que está junto a la estación. Pasó el tiempo, pasaron los trenes, y acabó haciéndose de noche.
Sin equipaje y con poco dinero en la cartera decidimos optar por una pequeña habitación de hotel.
En la madrugada llegó el beso. Todo lo que vino después era de esperar.
A la mañana siguiente nos despedimos y tomamos nuestros distintos trenes.

Durante varias semanas volvíamos desde nuestras ciudades en tren a aquella estación, a aquellas taquillas, a aquella cafetería, a aquella habitación…
Entre semana nos limitábamos a pasar horas hablando por teléfono. Hasta que… de una forma u otra acabamos perdiendo el contacto.
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Y aquí sigo, dos años después.
Primero espero sentado a que aparezca en su andén. Luego, voy a las taquillas y subo a la cafetería. Por último vuelvo a la habitación, esperando que aparezca de madrugada.
Por la mañana me monto en el tren. Siempre creo firmemente que, si apoyo mi mano en el cristal como solíamos hacer, aparecerá bajando las escaleras corriendo y con esa sonrisa que tantas noches me arropó.

Pero no está, nunca aparece.
Un sábado por semana me toca sufrir, pero los demás días duermo pensando que volverá a aparecer en aquel andén, sonriente, y me dará el único abrazo capaz de hacerme sentir que estos años de espera no han sido en vano.


"La tristeza se acumula aquí y allá, por el mero hecho de vivir.

Ya sea en las sábanas tendidas a secar al sol, en el solitario cepillo de dientes de tu baño, o en el historial del teléfono móvil."

5 de mayo de 2011

Your skin, oh yeah. Your skin and bones.

Esta historia no empieza con una noche de insomnio, ni siquiera hay luciérnagas cuyas sonrisas poder admirar.

Vigilia atada con cadenas y anclada con clavos a la pared. Agotada, inmóvil y reducida al sueño.
Qué hacer, qué decir. Unas palabras lentas susurradas al otro lado del muro.
La Navidad que nunca llega. Es verano en las montañas.

Nunca me planteé hasta dónde podría llegar esto, nunca pensé sobre el camino que acabaría tomando.
Inevitable o no, es la realidad. Este segundo que se repite hasta la saciedad. Este segundo es a lo que hemos llegado, todos hemos llegado ya...
Lo lógico o "natural" del ahora será algo "ilógico" cuando el Sol vuelva a salir.

Ahora, con las luces apagadas, la música de antaño vuelve a mí. Nadie sabe el cómo, yo no entiendo el por qué. Es el sentido de la piel, el origen de los huesos, el por qué están juntos pese al paso del segundo infinito.

¿Puedes verlos? Están ahí, escondidos. Ocultos hasta para el más atrevido haz de luz.

¿Esto es lo que se llama "ideas a desarrollar"?

3 de mayo de 2011

Tenía tanto que darte... :D

No tienes de qué preocuparte... Lo tienes todo, aunque a veces no te des cuenta.
Recuerda esas fotos que tanto te marcaron... ¿Ves ahora la importancia de hacerse fotos?

Los recuerdos son lo que nos sacan adelante. Cuando los perdemos estamos desorientados, todo se viene abajo... nos centramos en un presente sombrío (cuando algo va mal). Solo hace falta ver lo que de verdad ha importado siempre, está ahí.

Lo sé, lo sé. No digamos más tonterías, ni repitamos más nuestras palabras. Es la vida, solo hay una... ¡Maldita sea, solo es una! ¿Qué demonios se supone que estamos haciendo? Esto no es un juego.

Lo tenemos todo... todas nuestras armas, todas las necesidades cubiertas. Seamos felices, por ti, por mí, por quien nunca tuvo la oportunidad de serlo.

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Sigamos con las teorías imposibles sobre nuestra propia realidad. Donde los mapaches viven bajo nuestras camas y son perfectamente violables por zoofilicos novatos.

2 de mayo de 2011

Dos por uno.

Nadie sabrá el por qué soy como soy, ni las cosas que me guardo. Nadie sabrá cuales son los momentos que me hacen sufrir, los recuerdos que me entristecen y que desearía olvidar algún día.
Nadie puede entender por qué nunca llegaré a considerarme una persona feliz, pese a que sonría constantemente o que me sea imposible, a veces, estar triste delante de los demás.

Todos guardamos dentro de nosotros una pequeña caja fuerte oscura con mil ranuras para las que sirven cualquier llave. Suele ser imposible dar un paso sin que un mecanismo se active y se abra la caja de nuevo.

Es tan frustrante... Lo bueno siempre se va, lo malo siempre se queda.
Vuelven por la noche, con tics nerviosos que consiguen que me cubra la cabeza con la almohada y desee encontrar allí un lugar tranquilo donde se pueda escuchar el agua caer por una pequeña cascada. Es absurdo, la cascada nunca llega, y el oxígeno tampoco.

¿Donde están los demonios? Estoy harto de los míos.
A veces, les espero despierto, pero nunca llegan...

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Mirar a las estrellas, una canción triste (romántica). Sentir la brisa de la noche sobre la piel, y tumbarse frente al inmenso firmamento...
Ya ni siquiera hay nubes, ni siquiera hay una gota de lluvia... Parece que todas están dentro de mí.
A veces creo que tragué demasiada agua de mar, y que es por eso por lo que me escuecen los ojos cuando "siento profundamente".


Todo ha perdido su lógica... Pero esta noche volviste a mí por la misma oscura calle por la que te fuiste.