¿Y la ilusión? ¿Por qué agujero cayó?
Hace tiempo que desapareció. Recuerdo momentos de mi pasado en los que todo era pura ilusión.
Ojos que brillaban al más mínimo sentimiento casi de obsesión. Lo quiero.
Y el mundo empezaba a girar de nuevo. No podía vivir sin lo que fuera. Era un sentimiento de esperanzas, que me hacía mirar a un futuro mejor donde tuviera aquello que deseaba.

¿Y ahora? Misma cara de seriedad a todas partes. "¡Pero sonríe! ¡Salta de alegría!" ¿Que salte? ¿Acaso queda algo en este mundo que haga brillar mis malditos ojos?
Lo he perdido todo, lo que más quería... Perdí "la capacidad de..." y no sé cómo demonios se puede recuperar.
Quizás llorar tanto fue malo. Quizás aquellas lágrimas no fueran más pequeños envoltorios que contenían mi alma... Y, poco a poco, la fui perdiendo.
Cada vez que caía, cada vez que chocaba, cada vez que sangraba, cada vez que el mundo se derrumbaba ante mi... Cada vez y cada no-vez. Lloré luz, pero tenía los ojos inundados, y no pude ver que no llorar hubiera sido la solución.
Esfera que antes era de infinito color, ahora toma tono negro y, una vez más, me hace recordar las mil y una formas de desteñir el alma.

No importa el color de ojos, sino el del pasado. Porque es esa la única forma de ver el mundo blanco, gris, o negro. No importa cuántas veces se llora, sino porqué se hizo.
Ya no importa... ya no hay futuro. Porque es imposible tener alegría y pensar en un futuro mejor, si no se tiene ilusion de la vida. Porque siempre hay que centrarse en el presente y en algo más para poder comparar el rumbo y, si no puede haber futuro, habrá que coger el pasado.


All is a real shit.

Parecía imposible, pero he vuelto.
El caso es que era de noche y justo cuando levanté las sábanas de la cama salieron miles de droides cargados hasta los dientes de munición láser. Maldita sea, estaban allí. De pronto me vi en mitad de un desierto. Subí a la nave y esquivé lo mejor que pude aquellos droides.
Comenzaron a bajar de entre unas rocas enormes una especie de arañas mecánicas que lo destruían todo a su paso. Dieron en mi motor izquierdo, me iba a estrellar. Maniobré como pude, pero la colisión fue inevitable.
Atravesé una fina capa de rocas que cubría lo que venía a ser una entrada a una cueva.
Dejé la nave en llamas y me caí al suelo, derrotado.
Me levanté de la cama dolido. La ventana vibraba estrepitósamente.
Asomé lentamente la cabeza y vi como una bestia de más de cuatro metros saltaba hasta mi ventana. Retiré la cabeza a toda prisa, y sus fauces se cerraron a pocos centímetros frente a mi. ¿A quién se le ocurre soltar un dinosaurio en mitad de la calle a estas horas?
Fui al salón, y allí me encontré con tan conocidos amigos (dinosaurios todos, por supuesto). Salimos a la calle. Nos escondimos en mi portal. El Tyranosaurio se había ido y aprovechamos la ocasión para correr hacia los surcos que había en mitad de la carretera destrozada.
Ellos entraron por la grieta de la que habían salido. Al girarme, tropecé con una de las grietas y caí dentro de un libro que estaba abierto delante mia.
Un canguro olfateaba mi pelo. Me aparté de un salto. Estaba dentro de una de las jaulas de un zoológico. Trepé por el muro y busqué la zona donde cuidaban a las crías. Fui preguntando a los mantenedores, que me indicaron hasta el lugar en cuestión.
No había nadie dentro, me acerqué lentamente a una vitrina y cogí un biberón que estaba preparado. Me tumbé en una de las mesas que había y me tomé el biberón. Poco a poco fui cerrando los ojos y me dormí.
Al día siguiente el Sol entraba por la ventana. Bonito día de domingo.
¿Domingo? Estamos a Miércoles. ¡Bah! Bonita noche de recuerdos.

¿Y qué si el suelo se derrumba ante mí?
La verdad, nunca le vi sentido a esta realidad, es tan... lógica. Demasiado aburrido todo.
Quizás lo que necesite el mundo sea un poco más de no-cordura. Hay que dejar a un lado los atardereces oscuros en bosques inventados de los que todo el mundo habla cuando está triste, hay que saber simbolizar el final de otra forma. Hay que olvidar esa idea de un amanecer reconfortante, donde una brisa veraniega empuja al Sol hacia lo más alto.
Olvidemos los olores; el mar, las flores, la humedad... ¿por qué demonios nadie sabe describir el olor de una simple mesa? O el olor de un lápiz...
¿Tan poco aprecio tenemos a lo más cotidiano en nuestras vidas? Si me preguntas a mi te diré a qué huele cada milímetro de cualquier lugar en el que haya estado y, posiblemente, esto me lleve a ser capaz de imaginar olores de lugares inexistentes. Lo mejor de todo esto no es el simple hecho de saber oler, sino el saber no-oler.

¿Y qué hay de los sonidos? Parece mentira. Infinidad de objetos y seres nos rodean, y nos centramos en las olas rompiendo contra cualquier acantilado perdido, o el ruido de la brisa del aire en nuestros oidos... Parece que se olvidan rápido sonidos como el de un gato maullar, una melodía cualquiera (por muy poco que nos guste), o el mismísimo sonido que produce el papel higiénico cuando lo partimos para sonarnos los mocos... y el estruendo que formamos cuando lo hacemos. ¿Acaso no es maravilloso el silencio? O la armonía que se escucha al pasar la punta de grafito de un lápiz por una hoja en blanco. Sin duda alguna, se me ponen los bellos de punta.
Recuerdo la primera vez que lo escuché, me quedé fascinado. Y, desde entonces, jamás he soltado un lápiz. Es como si quisiera aprender las miles de lenguas de este mundo, para ser capaz de oírlas impresas en un papel, de ir esbozando cada letra y oir cómo suena cada una.

¿No sería absurdo no ser capaz de oir ni de oler? Sería más absurdo, quizás, que andar por la calle con zapatos que nos independicen de nuestra odiada tierra. Jamás comprenderé porqué llegamos hasta este punto, hasta ahora. Odio los "ahora" de hoy en día, eran más bonitos los de ayer. Los de "ahora" son tan monótonos y aburridos... siempre buscan un "después".
¡Bah! Qué más dará todo, la gente seguirá con sus chorradas de "buenos días".
Nunca entenderé porqué a la gente le gusta dividir entre personas aptas y no aptas, cultas e incultas... Todos somos personas, y no debería clasificarnos por la suerte que tuvimos de nacer en un sitio u otro...
En fin, hay gente para todo, ¿no?
Como he dicho antes, quizás lo que necesite este mundo es un poco de no-cordura para que acabe siendo tan lógico como debería.

Está claro que los días tienen 24 horas, pero, por el contrario, algunas noches son capaces de durar hasta cinco días si se lo proponen. Malditas noches de luz y sombra, malditos días escasos.
El Sol sale y se esconde, pero nunca nos espera.


"A veces, el mundo puede parecer un lugar siniestro y desagradable, pero creednos cuando decimos que hay más bueno que malo. Lo que debéis hacer es buscarlo.
Y lo que parecería una serie de catastróficas desdichas sería, en realidad, el inicio de un viaje."

Se paró el tic, ahora nunca suena el maravilloso tac.

Quizás los murmullos no sean más que viento expulsado de algún pulmón angustiado.

Susurros asfixian mi mente. Cuanto más alto subo, más severamente hacen vibrar mis tímpanos.
No sé qué querrán, jamás me lo pregunté. Pero sólo salen cuando la gente está triste.
Hace días que las veo ahí arriba, inmóviles. Parece que fueran a llorar de nuevo.
No sé cuáles serán sus motivos esta vez. Sólo pido que se callen...
No me dejan pensar, no me dejan pasear... Siempre que estoy solo, vuelven a agitar los árboles sobre mi. Si pretendéis que me enfade para haceros llorar, no lo conseguiréis.
Sin duda alguna, algo me abruma. Si no no estaríais ahí.

Quizás los murmullos no sean más que viento expulsado de algún pulmón angustiado... un pulmón cada vez más viejo. Un pulmón con un alto porcentaje de ser olvidado. Un pulmón que, al fin y al cabo, perdió el compás del respirar.

I can't stand...

Conscientes son y siempre lo serán. Deberían estar agradecidos. Jamás miraron el mundo más allá de sus pequeñas narices. ¿Hay algo más triste que morir sin echar una mirada al mundo? La vida no es estarse ahí quieto, mirando y pensando en lo mismo constantemente. Pensando en ti y en el pasado. Aún espero que las gárgolas aprendan a volar.

Y si el tiempo no fuera más que hojas arrancadas de un almanaque. Granos de arena que escapan a la estrechez y precipitan a las profundidades del desierto... En alguna esquina, ojos taciturnos observan palabras y gestos de mancos mudos que, como siempre, hablan por hablar. Aún así siempre habrá hojas que arrancar, hasta que deje de haber almanaques. Aún así, siempre habrá granitos de arena que hacer volver a su desierto inicial. Siempre me he preguntado en qué parte del reloj empezó a morir la arena.

Bury me

What if I wanted to break Laugh it all off in your face What would you do? What if I fell to the floor Couldn't take all this anymore What would you do, do, do?... ¿Y si todo fuera caer? ¿Y si sólo hubiese un abismo eterno? Los pobres niños caerían sin opción a elegir otro camino. Condenado agujero, maldito quien lo excavó. No puede... no puede aparecer ahora. No. Abriría grietas del pasado en un alma resentida. De nada sirven palabras bonitas para tapar un abismo de extensión infinita, en la vida conseguiría engañarme. La razón es demasiado inteligente como para dejarse llevar por la corriente. Recuerdo cómo, hace tiempo, una pequeña y frágil esfera brillante rodeada de un halo blanco salió de mis ojos. Cayó en el suelo y estalló en pedacitos exactamente idénticos y, poco a poco, fueron convirtiéndose en un elixir amarillo que resbaló por el acerado y se precipitó al alcantarillado. La miré con total tranquilidad. Buen viaje, a partir de ahora existiré, pero no podré volver a sentir sentimiento alguno. Condenado a vagar por las calles sin saber dónde estoy. Sólo tengo en mente dos calles. No recuerdo en cual dejé de vivir, ni donde están... Calle 1234, parece quedar lejos de aquí... muy lejos. Calle Enero, casi dos inviernos enteros pasé por esta callejuela estrecha. Sin juicio alguno, parece que los años pasan para mi cuerpo, pero mi mente sigue siendo tan estúpida como antaño. Quizás nunca madure, tampoco lo pretendo. Sólo desearía tener ideas, para poder tenerlas claras. Come break me down Bury me, bury me I am finished with you Look at my eyes You're killing me, killing me All I wanted was you...

Entonces, sería demasiado aburrido, ¿no?

No queda otra opción, quizás la vida se vea reducida a un puñado de instantes en los que tu decisión cambia el rumbo del mundo. Hace tiempo puse nombre a todos esos momentos... pero ahora no lo recuerdo. Se fue toda imagen del pasado de mi mente, ahora está vacía. Quizás me tenga que centrar en llenarla y poco más. Al fin y al cabo, volverá a vaciarse, como hace siempre. Y me quedaré, una vez más, en un zulo de dudas y ansiedad. ¿Qué demonios elegí para acabar así? Fuese lo que fuese, me alegro. Porque cuantas más grandes fueron las desgracias que me ha traido, más grandes han sido las sonrisas que me produjo, estoy seguro. Porque así es mi mundo que, seguramente, poco tendrá que ver con el de cualquier otra persona. Y eso es justamente lo que me hace querer saberlo todo, el poder ser capaz de ver la misma realidad con mil ojos. Porque si sólo lo hiciese con los míos, todo sería demasiado aburrido, ¿no? Quizás, algunas veces, la solución sea la no-solución. Pero sólo algunas veces...